San Beneditiño
Esto era Manuliño un pescador gallegiño que fue con el bote a pescar y cuando estaba a unas cuantas millas de tierra vino una tempestad bastante dura...
Manuliño era un pescadro experimentado pero la cosa se complicaba cada vez más, hasta tal punto que Manuliño empezó a temer por su vida:
-Hay! San Beneditiño querido! Si me ayudas a salir de esta mañana voy a la hermita con un ramo de flores!
Pero la tormenta cada vez era más fuerte....
-Hay! San Beneditiñu querido! si me ayudas a salir de esta iré a la hermita con las flores y te rezaré 5 padres nuestros
Pero nada, el tema cada vez se ponía más negro....
-Haaay! San Beneditiñuuuu queridooo!! que también te llevare una generosa limosna para tus fieles
Pero la tempestad no daba tregua y el barco estaba a punto de irse a pique....
-Haaay! San Beneditiñuuu! que además de lo de antes te llevaré todos mis ahorros que guardo en el colchón
Ya con el agua al cuello y apunto de ahogarse....
-San Beneditiñuuuuu!! te daré todo lo que tengo, mi casa, mis dineros, mis hijas, todo! pero no permitas que me ahoge!!...
Inmediatamente cesó la tormenta,la mar se quedó como un plato, y Manuliño pudo llegar a tierra firme.
Se fue a casa y despues de secarse y descansar un poco se acordó de la promesa que le había hecho al santo. Así que
sin pensarselo dos veces se dirigió a la hermita de San Beneditiño, y poniendose frente al santo le dijo
-Hay San Beneditiñu... me salvaste por el interés. Que te den por culo!!!